lunes, 22 de septiembre de 2025

EL VIAJE A LA ALCARRIA DE MI ABUELO - 3

 El viaje a la Alcarria de mi abuelo – 3

El frente ardía bajo el fuego del Corpo Truppe Volontarie. Era el 8 de marzo de 1937, la 71ª Brigada Mixta, recién formada y sin apenas experiencia de combate, trataba de sostener sus posiciones en torno a Trijueque, donde la ofensiva italiana descargaba toda su fuerza.
Desde primera hora de la mañana, la artillería enemiga abrió fuego con intensidad, preparando el terreno para el avance de la infantería y los carros de combate. En cuestión de horas, la brigada republicana sufrió más de seiscientas bajas. El barro se mezclaba con la sangre y los heridos se amontonaban en las trincheras, mientras la línea defensiva se deshacía a golpe de cañón.
Entre los caídos, la tragedia se hizo personal: un primo de mi abuelo desapareció tras la explosión de un obús que impactó junto a él. No quedó rastro de su cuerpo, solo la incertidumbre y el vacío que acompañarían a la familia durante toda la guerra.
Al atardecer llegó la orden de replegarse hacia Almadrones, en el kilómetro 103 de la carretera nacional II. La retirada, bajo la lluvia constante, se convirtió en un suplicio. Muchos combatientes heridos avanzaban como podían, otros cargaban con compañeros incapaces de caminar, y demasiados quedaron atrás. En los alrededores de Almadrones, decenas de cuerpos fueron enterrados de forma apresurada en una fosa común, sin nombres ni despedidas.



0 comentarios:

Publicar un comentario