ESPACIOS DE
LA MEMORIA DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA – FINCA MORRICONE – MORALET – ALICANTE
Cuando el Moralet fue objetivo a
bombardeado por la aviación fascista.
Don Juan Negrín, médico, científico y político español, sigue siendo una de
las figuras más controvertidas y desconocidas de la historia reciente de
España. En 1937, tras su paso por el Ministerio de Hacienda, sustituyó a Don
Francisco Largo Caballero como Presidente del Gobierno, ejerciendo un cargo que
se alargaría hasta el fin de la Guerra Civil.
Fue primero el periodista y Cronista popular de Alicante, Don Fernando Gil
Sánchez quien, con mayor o menor acierto, nos trajo la leyenda de Negrín y
Moralet en un artículo publicado el 17 de Enero de 1982 en este mismo diario.
Allí, entre una pequeña Ermita "en la que no cabe el pueblo en días de
guardar" y una Escuela "de apenas treinta niños", existía una
leyenda que unía al Presidente de la II República Española con una finca
campestre conocida por el populacho como "El Mariconet". Sí, como lo
oyen.
Los señores Belda y Abad, por su parte, aseguraban que "el verdadero
nombre de la finca era Morricone", aunque la inocente ignorancia de los
vecinos o la mala baba del respetable, quizá más lo segundo que lo primero,
cambió ligeramente su significado. Lo cierto es que las narraciones locales
aseguraban que Negrín "estuvo aquí varias horas o varios días, según unos
u otros".
La leyenda alimentada a base de lentejas y estofado dice que pasó por
Moralet mientras organizaba su vuelo aéreo al exilio, y que se hospedó en
aquella masía que pronto desató por su nombre lógicas risas, anécdotas,
chascarrillos y cantinelas entre los hastiados labriegos. Tal nivel tuvieron
que alcanzar las burlas sobre la sexualidad y lujuria del señor Negrín y sus
fornidos acompañantes en las lascivas noches alicantinas, que pronto sería
cambiado el nombre de "Morricone" por, simplemente,
"Blanquinales", sin que mediara lógica alguna entre la primera y
segunda denominación. Incongruencias onomásticas aparte, sí parece que las
crónicas han demostrado que el Presidente de la II República
"verdaderamente no estuvo nunca en Moralet, sino en Villagarcía, la
señorial posesión cercana a Santa Faz que linda con el barranco del
Juncaret".
"Moralet fue repetidamente
visitado y atacado con saña por los aviones nacionales, arrojando unas cuantas
bombas que pretendían acabar con la vida de Negrín" y que causaron
diversos destrozos. "Fueron acciones bélicas premeditadas, que muchas
personas de la época todavía rememoran", en especial por los tres
proyectiles que cayeron junto a la Ermita y que por obra y gracias del
Santísimo Cristo nunca llegaron a explotar.
Texto procedente del diario Información de Juan José Amoros 30/07/2012
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