Para que un documento oficial
no genere dudas, no basta con que el escrito esté firmado por la persona
responsable de una entidad, tiene que estar acompañado de otros elementos que
den fiabilidad y garantías al órgano que emite el escrito, por un lado el
membrete, que identificará a la entidad emisora y por el otro el cuño o sello.
En un primer momento el
diseño y las formalidades del escrito, así como el sello eran los únicos
elementos que dotaban carácter oficial a un documento. Desde la modernización
burocrática de la Administración española que tuvo lugar entre finales del
siglo XVIII y principios del XIX, comenzó a utilizarse el membrete en los escritos
oficiales.
El uso del
membrete y del sello se afianzará durante el siglo XIX. Serán parte de las
garantías formales en los actos administrativos. Desde 1845 su uso será una
costumbre definitivamente asentada.
CUÑOS
MEMBRETES
CUÑOS DE ASPE
MEMBRETES DE ASPE
CUÑOS FRANQUISTAS
MEMBRETES FRANQUISTAS
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