El aeródromo de Vilafamés se hallaba en la zona noreste del municipio, en terrenos agrícolas de la partida rural de Els Ciscars, situado junto a la antigua carretera a la Vall d’Alba en una zona de terreno llano arcilloso conocida como el Pla de Vilafamés y situada entre cadenas montañosas que lo resguardaban de los vientos dominantes y lo ocultaban de los posibles reconocimientos aéreos enemigos a baja altura.
Sus límites este y oeste eran los propios caminos existentes en la zona, mientras que los límites norte y sur los marcaban los barrancos de Cabanes y de la Pobla respectivamente.
El aeródromo se debió construir en la primavera de 1937, posiblemente entre junio y julio, y para su edificación se empleó a población civil, fundamentalmente vecinos de la población o cercanías y refugiados procedentes del frente.
Su primer vuelo de pruebas se realizó el 1 de agosto de 1937.
Formó parte de los aeródromos asignados a la 4.ª Región Aérea, y dentro de ésta, al 3.er Sector Aéreo, aunque posteriormente pasó al 4.º Sector, permaneciendo en poder gubernamental desde sus inicios hasta el día 12 de junio de 1938, cuando las tropas franquistas de la IV División de Navarra, que avanzaban en dirección Norte-Sur hacia la Sierra de Espadán, llegaron a la población de Vilafamés. A partir del día 14 de junio, las instalaciones del campo de aviación fueron asignadas a la Legión Cóndor, que se basó en ellas hasta julio de 1938; con el comienzo de la Batalla del Ebro (25 de julio) y la movilización de efectivos a este frente, el aeródromo de Vilafamés fue abandonado definitivamente.
En 1940, acabada ya la guerra, los terrenos en los que se hallaba el campo fueron devueltos a sus antiguos dueños. Al ponerse de nuevo en cultivo, los vestigios y límites del campo se fueron perdiendo progresivamente hasta la actualidad.
Entre 2017 y principios de 2018 el ayuntamiento de la localidad promovió un proyecto de puesta en valor de los vestigios aún conservados del aeródromo. Dicha iniciativa, que ha contado con el trabajo de arqueólogos y especialistas en historia militar, ha dado como resultado la creación de un gran espacio al aire libre concebido como un museo, en el cual se puede comprender mejor el desarrollo de la guerra aérea en Levante y la historia de la aviación española, visitando los propios restos del campo. Entre los restos conservados se encuentran varias zonas de trincheras transitables, un barracón de cocinas, la torre de telecomunicaciones, el refugio antiaéreo del Estado Mayor, un refugio elemental, un polvorín, etc. A estos se le suman los perfiles a tamaño real de un piloto de la Legión Cóndor y un Polikarpov I-15 o una placa de homenaje, entre otros.
Además también hay publicado un libro sobre el aeródromo de los autores Carlos Mallench, Blas Vicente, Jose F. Albelda y Josep J. Mirallés, “El aeródromo militar de Vilafamés”
Información procedente de.
Paneles informativos del aeródromo mucealizado de Vilafamés,
castellónplaza